Hola, yo soy Paulina

Estudie la licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.

 

Desde que termine mis estudios me he dedicado a la consulta privada, soy nutrióloga clínica de corazón y apasionada por la nutrición deportiva.

 

Tengo un diplomado en nutrición deportiva y no podría ser coherente si no lo practicara, por lo que sí, también me encanta hacer ejercicio, desde pequeña he pasado por  diferentes deportes individuales y en equipo y cada uno me ha encantado.

 

Estuve colaborando durante tres años con un equipo interdisciplinario para pacientes con cáncer, encabezado por el Dr. Téllez. En este periodo reafirmaba cada vez la importancia de una buena alimentación para controlar un sinfín de síntomas que modifican la manera en que comemos y el rol que juega una nutrición adecuada para un mayor éxito con el tratamiento.

 

Soy docente en la ENEO, donde imparto la materia de nutrición y trato de inculcar esa pasión por la nutrición y mejorar la alimentación.

Mi misión dentro de Delicious Health

Es enseñar a comer, esa es la parte más importante. El dar dietas y elaborar planes de alimentación va de la mano, pero en el camino y al final, lo que más me que interesa es que las personas con las que tengo influencia, aprendan a tomar buenas decisiones con respecto a cómo escogen sus alimentos, para cubrir la parte orgánica pero también la parte social y emocional que conlleva una buena alimentación.

 

Puede ser que sea un panorama idealista, pero creo firmemente que con mi granito de arena, mi forma de vivir, de comer, de enseñar a mis alumnos y pacientes puedo tener un impacto en cambiar las estadísticas actuales de mi lindo México, que retomemos las raíces y nuestra manera de alimentarnos, de movernos y de relacionarnos con los alimentos; tener un país más sano, con menos obesidad y todas las enfermedades que conlleva este problema.

o conoce que dicen mis pacientes y sus casos de éxito.

Esta es mi historia

Soy hija de una excelente nutrióloga, que nos llevó desde pequeñas a mi hermana y a mí a tener una buena relación con la comida, sin alimentos prohibidos, y con mucha paciencia para que me comiera las verduras y poco a poco le fuera agarrando gusto, a unas más que a otras (como todos), por lo que no le di una connotación negativa a la palabra dieta.

 

Siempre me ha gustado hacer ejercicio y eso se lo debo más a mi papá que siempre me ha dicho la importancia del deporte no sólo como actividad física, sino como un formador de carácter y disciplina y desde su ejemplo, que aunque nunca lo vi competir se me pone la piel chinita cuando me cuenta sus logros y sus medallas ganadas en natación y sus tiempos actuales aun sin entrenar tan seguido como le gustaría.

 

De pequeña vivía en el estado de Durango, y dejando claro que con la comida no había tema negativo, en el ejercicio lo primero que hice y creo que por influencia de mi hermana mayor fue ballet, para lo cual no recuerdo si resulte ser buena, pero era muy delicado para mí y nunca he tenido tan buen ritmo, así es que cuando descubrí el básquet me quede ahí por varios años. Siempre he sido de estatura pequeña (era la primera o la segunda de la fila) pero era ágil y rápida, así es que jugaba de ala, hasta que mis calificaciones no fueron mi fuerte y mis papás como disciplina y empujón, me prohibieron ir a entrenar hasta que mejorara mis calificaciones. Mejore pero me llamaba la atención el futbol, pienso que más por un tema de “las niñas no pueden jugar futbol” así es que alzamos la voz y nos pusieron un entrenador, mis calificaciones iban mejor, pude entrenar y ahí me quede hasta preparatoria.

Hasta aquí es una historia casi sin tropiezos, pero luego llega una edad en la que debes tomar más responsabilidades y crecer solita, siempre sabiéndome con apoyo, pero al final sola, porque me vine a vivir a la Ciudad de México, por lo que empieza otra historia, nueva ciudad, nueva vida, con papás a 10 horas de distancia. Tenía que empezar a organizarme para lavar mi ropa, hacer mi comida, comer cualquier cosa o quedarme sin comer porque universidad, y sin descuidar los estudios porque es algo que escogí y me gustó desde el inicio.

 

Esta temporada no hice ejercicio constante, por mil cosas que puedo identificar y entender en mis pacientes y que tiene que ver con lo complicado que es vivir en una ciudad tan grande y desplazarte al menos una hora para llegar de tu casa al trabajo o escuela, llegar cansado y no tener mente para ponerte los tenis y empezar. Probé por temporadas algunos ejercicios, pero me desanimaba el no estar con mis amigas de siempre, no tener los mismos intereses por el ejercicio y desistía. Durante estos años de estudio comí muchos paquetes de galletas oreo, comida rápida, latas de atún, papas a la francesa, sopas instantáneas y pocas ensaladas. Eso sí, el agua siempre me ha acompañado y el refresco nunca ha sido un gusto para mí. En resumen mi alimentación fue todo lo contrario a lo que recomiendo y como ahora, y aunque suena incoherente por el hecho de estar estudiando nutrición, es lo que muchas veces conlleva un  cambio importante de vida. Obviamente subí de peso, la ropa ya no me quedaba bien, me sacaba llantitas y no me gustaba mi cuerpo, en las fotos me cachaba escondiéndome atrás de quien fuera. ¿Cómo logré un cambio? ¿Qué me funcionó a mí y que les funciona a todos? Es tan sencillo y complicado a la vez, pero es la realidad, solo funciona un cambio desde adentro.

 

El no sentirte cómodo en tu cuerpo es muy difícil, es un conflicto 24/7, al verte al espejo, al vestirte, al tomar una foto, al ver fotos de mejores años, al comer, al comprar ropa y puedo seguir con un largo etcétera.

Todo empieza con una decisión, pero una decisión real, sabiendo que probablemente renunciarás a algo que has querido, pero irás por algo mejor que amarás. Me encantará ayudarte con este proceso, darte mi apoyo y todas las herramientas que necesites y que estén en mis manos, pero al final, a menos que hagas esto tuyo, tu lucha y tu proceso, lo atesorarás como tu éxito.